
Los sujetadores, esas prendas íntimas que muchas mujeres utilizan a diario, tienen una historia fascinante que se remonta a siglos atrás. Aunque hoy en día se consideran un elemento esencial en la moda femenina, su evolución ha sido larga y compleja. Desde los primeros intentos de soporte hasta las innovaciones modernas, el sujetador ha sido testigo de cambios culturales, sociales y estéticos que han moldeado la percepción de la feminidad a lo largo del tiempo.
Este artículo tiene como objetivo explorar la rica historia del sujetador, desde sus orígenes hasta su evolución en el siglo XX. A través de una serie de secciones, examinaremos los hallazgos arqueológicos que sugieren que los sujetadores son más antiguos de lo que se pensaba, los cambios en la moda y la cultura que han influido en su diseño, y cómo se han convertido en un símbolo de la sexualidad femenina. También abordaremos el impacto del sujetador deportivo y su aceptación en la sociedad moderna.
Los primeros indicios de sujetadores
La historia del sujetador se remonta a tiempos antiguos, mucho antes de que se popularizara como prenda de uso cotidiano. En 2008, se descubrieron en Austria unas «bolsas para los pechos» del siglo XV, que se asemejan a los sostenes modernos. Estas prendas eran utilizadas por mujeres para reducir el tamaño de sus senos en una época en que la voluptuosidad no era considerada de moda. Este hallazgo sugiere que la necesidad de soporte y contención ha existido durante siglos, aunque de formas muy diferentes a las que conocemos hoy.
Prendas antiguas y su función
En la antigüedad, las mujeres utilizaban diversas prendas para cubrir y soportar sus senos. En el antiguo Egipto, por ejemplo, se usaban fajas y cintas que mantenían los senos en su lugar, aunque no se asemejaban a los sujetadores modernos. En la Grecia clásica, las mujeres llevaban un tipo de prenda llamada «strophion», que consistía en una banda de tela que se envolvía alrededor del torso. Estas prendas cumplían una función similar a la de los sujetadores actuales, aunque su diseño y estética eran muy diferentes.
La evolución a través de los siglos
A medida que avanzamos en la historia, encontramos que en la Edad Media las mujeres comenzaron a usar prendas más ajustadas, como el corsé, que moldeaban la figura femenina. Sin embargo, el corsé no ofrecía el mismo tipo de soporte que un sujetador moderno. En lugar de eso, se centraba en la reducción de la cintura y la elevación del busto. Esta tendencia continuó hasta el siglo XIX, cuando comenzaron a surgir los primeros intentos de crear sujetadores que ofrecieran soporte sin la rigidez del corsé.
El nacimiento del sujetador moderno

El primer sujetador tal como lo conocemos hoy en día se atribuye a la invención de la estadounidense Mary Phelps Jacob en 1914. Jacob, que más tarde adoptó el nombre de Caresse Crosby, diseñó una prenda que consistía en dos pañuelos unidos por una cinta. Este diseño revolucionario ofrecía una alternativa cómoda al corsé y rápidamente ganó popularidad entre las mujeres de su época. Sin embargo, la historia de la invención del sujetador no es tan sencilla, ya que existen diversas reivindicaciones sobre quién fue realmente la primera persona en crear esta prenda.
La patente de Mary Phelps Jacob
En 1914, Mary Phelps Jacob patentó su diseño de sujetador, lo que marcó un hito en la historia de la moda femenina. Su invención fue recibida con entusiasmo por muchas mujeres que buscaban una alternativa más cómoda al corsé. La patente de Jacob no solo cambió la forma en que las mujeres se vestían, sino que también abrió la puerta a una nueva era de prendas íntimas que priorizaban la comodidad y la libertad de movimiento.
La competencia en el mercado
A pesar de que Mary Phelps Jacob es reconocida como la inventora del sujetador moderno, otros diseñadores también comenzaron a experimentar con diferentes estilos y formas. En la década de 1920, varias marcas comenzaron a producir sujetadores en masa, lo que llevó a una mayor variedad de estilos y tamaños. Esto permitió a las mujeres elegir la prenda que mejor se adaptara a su cuerpo y sus preferencias personales, marcando el inicio de una nueva era en la moda íntima.
La década de 1930: el sujetador como símbolo de libertad
Durante la década de 1930, el sujetador comenzó a reemplazar al corsé como la prenda de soporte preferida por las mujeres. Este cambio no solo se debió a la comodidad, sino también a un cambio en la percepción de la feminidad y la sexualidad. Las mujeres comenzaron a adoptar un estilo de vida más activo y libre, y el sujetador se convirtió en un símbolo de esta nueva libertad.
La influencia del cine y la moda
El auge del cine en la década de 1930 también tuvo un impacto significativo en la popularidad del sujetador. Actrices como Mae West y Jean Harlow se convirtieron en íconos de la moda y la sensualidad, y sus estilos influyeron en las tendencias de la época. Las mujeres comenzaron a ver el sujetador no solo como una prenda funcional, sino también como un accesorio de moda que podía realzar su figura y su atractivo.
La llegada de los sujetadores con aros
En esta misma década, se introdujeron los sujetadores con aros, que ofrecían un soporte adicional y ayudaban a dar forma al busto. Este diseño se convirtió rápidamente en un favorito entre las mujeres, ya que permitía una mayor libertad de movimiento sin sacrificar el soporte. Los sujetadores con aros se convirtieron en un elemento básico en el guardarropa femenino y sentaron las bases para los diseños modernos que conocemos hoy.
La revolución de los años 60 y 70
La década de 1960 fue testigo de una revolución cultural que también afectó a la moda y la percepción del sujetador. Durante este tiempo, el sujetador se convirtió en un símbolo de la sexualidad femenina, lo que llevó a un cambio en su uso y significado. En 1968, un grupo de feministas organizó una protesta en la que quemaron sujetadores como una forma de rechazar los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
El sujetador como símbolo de protesta
La protesta de 1968 fue un momento crucial en la historia del sujetador, ya que marcó un cambio en la forma en que las mujeres se relacionaban con esta prenda. Para muchas, el sujetador se convirtió en un símbolo de opresión y conformidad, y su quema representaba un acto de liberación. Este evento no solo atrajo la atención de los medios, sino que también inspiró a muchas mujeres a cuestionar las normas de género y a buscar una mayor libertad en su expresión personal.
La llegada del sujetador deportivo
La década de 1970 también fue testigo de un cambio significativo en la moda femenina con la introducción del sujetador deportivo. Este diseño innovador fue creado para proporcionar soporte durante la actividad física y se convirtió en una prenda esencial para las mujeres que practicaban deportes. La aceptación del sujetador deportivo marcó un hito en la historia de la moda, ya que permitió a las mujeres participar en actividades físicas sin preocuparse por su comodidad o apariencia.
La visibilidad del sujetador en la cultura popular
A medida que avanzamos hacia finales del siglo XX y principios del XXI, el sujetador ha continuado evolucionando y adaptándose a las tendencias culturales. La visibilidad del sujetador en la cultura popular ha aumentado, y muchas celebridades han utilizado esta prenda como una forma de autoexpresión. Un momento icónico ocurrió en 1999, cuando la futbolista Brandi Chastain celebró su gol en la Copa del Mundo de Fútbol Femenino al quitarse la camiseta y mostrar su sujetador.
El impacto de Brandi Chastain
La celebración de Brandi Chastain no solo fue un momento memorable en la historia del deporte, sino que también tuvo un impacto significativo en la percepción del sujetador deportivo. Su gesto desafió las normas de género y celebró la fuerza y la feminidad de las mujeres en el deporte. A partir de ese momento, el sujetador deportivo comenzó a ser visto como una prenda independiente y digna de reconocimiento, lo que llevó a un aumento en su popularidad y aceptación.
La diversidad en el diseño de sujetadores
En la actualidad, la industria del sujetador ha evolucionado para incluir una amplia variedad de estilos, tamaños y diseños. Las marcas han comenzado a reconocer la importancia de la diversidad y la inclusión, ofreciendo sujetadores que se adaptan a diferentes tipos de cuerpos y necesidades. Esta evolución ha permitido a las mujeres sentirse empoderadas y cómodas en su propia piel, independientemente de su forma o tamaño.
Conclusión
La historia del sujetador es un reflejo de los cambios culturales, sociales y estéticos que han moldeado la percepción de la feminidad a lo largo del tiempo. Desde las «bolsas para los pechos» del siglo XV hasta el sujetador deportivo de hoy, esta prenda ha evolucionado para adaptarse a las necesidades y deseos de las mujeres. A través de los siglos, el sujetador ha sido testigo de la lucha por la libertad y la autoexpresión, convirtiéndose en un símbolo de empoderamiento femenino.
A medida que avanzamos hacia el futuro, es importante recordar que el sujetador no es solo una prenda íntima, sino también un reflejo de la historia y la evolución de la moda femenina. La aceptación y la diversidad en el diseño de sujetadores son pasos importantes hacia la inclusión y la celebración de la belleza en todas sus formas. Así que la próxima vez que te pongas un sujetador, recuerda que estás llevando contigo una parte de una historia rica y fascinante.

María González es una líder comunitaria y emprendedora enfocada en empoderar a las mujeres a través de la educación. Ha fundado varias iniciativas locales que apoyan a propietarios de pequeños negocios. La dedicación de María al impacto social impulsa su trabajo, y está comprometida con la creación de oportunidades para comunidades subrepresentadas.